jueves, 1 de octubre de 2009

EN DEFENSA del AGUA en AMÉRICA

El 23 de noviembre del 2007, hermanas y hermanos indígenas, ambientalistas, sindicalistas, defensores de los servicios públicos, vocales de control, compañeros venidos de Uruguay, Ecuador, Bolivia, Perú, España y de varias regiones de Colombia zarpamos en Leticia y navegamos durante 8 días el Río Amazonas. Con la travesía nos propusimos articular diversas luchas por el agua en el Continente, sumar esfuerzos para continuar impulsando el Referendo por el Agua en Colombia y respaldar los procesos que en Ecuador, Bolivia, El Salvador y Argentina, entre otros países, buscan elevar a rango constitucional el derecho humano al agua y detener la privatización del servicio de agua potable y las fuentes abastecedoras.
De esta manera, recogemos y hacemos eco del llamado de los movimientos sociales que desde hace algunos meses han pedido que se someta a decisión popular si la gestión del agua debe ser pública.La navegación del Amazonas nos ha permitido comprender que las culturas indígenas Ticuna, Cocama, Yagua, al igual que otras culturas milenarias son gente del agua, así lo transmiten sus saberes, sus relatos de origen. Navegamos en una embarcación bautizada Wone, palabra Ticuna que nos permite hacer un homenaje a todas las culturas milenarias en las que el árbol de la vida tiene una íntima relación con el agua.
Con las comunidades indígenas ribereñas, en el hermoso corregimiento de Macedonia, danzamos a la vida, compartimos sus alimentos tradicionales, sus expresiones artísticas sobre el río y sus conflictos. De las maestras y maestros aprendimos que “la maloca es el origen del agua, el origen del mundo, es el universo, el aire, el sol y la mujer”. De las abuelas, curacas, médicos tradicionales, jóvenes, niños, niñas, mujeres y hombres, entendimos que el Amazonas es un inmenso territorio del agua.
En Puerto Nariño la gestión exitosa de una alianza público-comunitaria permitirá la construcción de las redes de agua potable y alcantarillado, garantizando una adecuada relación con la naturaleza y constituyéndose en una alternativa al modelo mercantilista. Allí mismo, con los curacas del resguardo Ticoya y los pobladores del municipio, nos unimos al pedido por “vivienda, educación y salud digna, que no perjudique a la naturaleza”. Con los pueblos indígenas brasileños y colombianos, en Benjamin Constant –Brasil-, hicimos visible la estrecha relación entre el agua y la salud. Allí comprendimos que aunque se viva en la ribera del río más caudaloso del mundo, ello no implica tener acceso a agua potable.
La contaminación producida por los vertimientos de la minería y la industria petrolera, y por la expansión urbana y agropecuaria, ha ocasionado epidemias de cólera, hepatitis, dengue, afectando a los pueblos amazónicos. Estos conflictos ambientales reflejan las profundas contradicciones del modelo de desarrollo que depreda los territorios y las formas de vida de los pueblos ancestrales.En el foro celebrado en Iquitos, Perú, en el que participaron organizaciones sociales, sindicales, campesinas y de mujeres, concluimos que los servicios de agua y saneamiento básico se encuentran amenazados por la privatización y es grave la contaminación de las fuentes con metales pesados resultantes de las actividades minera y petrolera.
Aunque los procesos de privatización, que atentan contra los derechos de los pueblos, avanzan con rapidez debido a las políticas neoliberales impulsadas por la Banca Multilateral, la OMC, los tratados de libre comercio y la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana –IIRSA-, también avanzan las luchas por la soberanía en todo el continente, y las multinacionales del agua han tenido que salir de muchos países.
Con las comunidades peruanas, colombianas y brasileras hemos asumido el compromiso de crear y fortalecer comisiones nacionales, regionales y locales en Defensa del Agua y de la Vida, con el objetivo principal de impulsar los procesos de reforma constitucional latinoamericanos y en particular el referendo por el agua en Colombia, para garantizar que el agua sea un bien público y un derecho fundamental y se protejan los ecosistemas del ciclo hídrico. Así, uniremos esfuerzos para recuperar nuestras voces y decidir autónomamente nuestro futuro.

fuente: http://www.delplaneta.com/2009/05/en-defensa-del-agua-en-america.html

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